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Forestación y su relación con el agua

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Los integrantes del Panel Ciudadano desean conocer estudios, evidencias y posiciones sobre la forestación y su relación con el uso del agua.

Respuesta a la integrante del grupo Asesor Ing. Agr. Anahit Aharonian

Nos envía varios artículos y uno de su equipo en vías de publicación. De allí se lee, en cuanto a forestación, lo siguiente:
El “modelo forestal” instalado en la región es un claro ejemplo de globalización y reprimarización de las economías regionales en las últimas décadas. En el caso de Uruguay, la adopción de este modelo representa también el común denominador de los sucesivos gobiernos democráticos pos dictadura cívico-militar, sin importar su bandera. El beneplácito por captar mega-proyectos desarrollistas logra los consensos exigidos para que propuestas de esta naturaleza adopten el estatus de «política de estado». No obstante, requiere también de un facilitador que logre permear a aquellos más escépticos. Este papel lo cumplen los organismos internacionales de siempre que promueven proyectos y están dotados de fondos adecuados como para sumar voluntades. Así, por ejemplo, los suelos clasificados como denominados de «prioridad forestal» en el año 1971 representaban apenas 11,1% del total de suelos de producción agrícola (16.175.000 hectáreas). En el año 1988, preámbulo del Plan Nacional Forestal, un «estudio» promovido desde el gobierno de entonces, llevan esta superficie al 14,3%. Dos años después, en 1990, meses previos al lanzamiento del Plan Nacional Forestal, los suelos de prioridad forestal alcanzan al 22,1%, duplicando la superficie original establecida en 1971.
Entre otras instituciones internacionales, JICA (Agencia de Cooperación Internacional de Japón) fue quizás la de mayor incidencia entre legisladores de turno y técnicos profesionales convertidos en asesores de gobierno. Su incidencia fue tal, que el texto promulgado en 1988 (Ley Forestal, No. 15.939 del 28/12/1987) e implementado a través del Plan Nacional Forestal (1991), se basó explícitamente en el estudio realizado por JICA: “Estudio de plan maestro para el establecimiento de plantaciones de árboles y utilización de la madera plantada en la República Oriental del Uruguay.” A través de esta ley, el Estado promovió la forestación de manera articulada con el sector exportador privado, lo que incluyó una serie de beneficios, tales como incentivos económicos y financieros. Desde su inicio, dicho proyecto es definido principalmente
para la producción de materia prima para la industria de pulpa y papel, a partir de madera de eucalipto. Las inversiones de capital han sido lo suficientemente fuertes como para que los tomadores de decisiones minimicen los posibles impactos negativos sociales, económicos y ambientales asociados. El resultado final es que el Estado ha bien evaluado los beneficios de la actividad forestal en el Producto Interno Bruto (PIB) y la balanza de pagos, pero en cambio, no ha incluido en sus cálculos las externalidades derivadas de la pérdida creciente de servicios ecosistémicos esenciales. Por su propia naturaleza, los suelos de prioridad forestal cumplen servicios tan diversos como por ejemplo, recarga de acuíferos, control de escorrentía, reserva de
biomasa en período de estrés hídrico, acumulación de carbono, control biológico de plagas,
retención de contaminantes, entre otras).

Los cultivos forestales promovidos involucran fundamentalmente al género Eucalyptus y en menor medida, a Pinus sp. Ambos géneros tienen su aérea de dispersión natural en regiones bioclimáticas muy similares a las de Uruguay. Sin embargo, la gran diferencia está dada en que el bioma dominante en el territorio uruguayo es la pradera. En particular, aquella pradera
desarrollada en suelos de textura arenosa; en su mayoría clasificada como área de prioridad forestal. Esta comunidad de herbáceas nativas es conocida como “pradera estival” y se destaca por su resistencia a los déficits hídricos, por lo que llegan a producir el doble de materia seca que las especies tipo invernal con la misma cantidad de agua. Estas particularidades son de gran ayuda para los productores ganaderos en períodos de sequía, como los eventos recurrentes de La Niña. Asimismo, son considerados los suelos más productivos de los cultivos de verano (maíz, cítricos), horticultura (cucurbitáceas), entre otros.
Sin embargo, con la forestación los suelos de pradera sufren importantes cambios en sus propiedades fisicoquímicas y en la estructura de su perfil y de sus horizontes. Al presente, existen numerosos estudios a nivel regional (e.g. Jobbágy y Jackson, 2001, 2003, 2004; Carrasco-Letelier et al., 2003; Farley et al., 2005; Céspedes-Payret et al., 2012) que advierten sobre los
impactos ambientales de la forestación (pérdida de materia orgánica del suelo, acidificación, pérdida de fertilidad, alteración de minerales arcillosos, desbalance hídrico, compactación, entre otros efectos negativos).

Respuesta del Integrante del Grupo Asesor Ing. Agr. Mariana Hill

El MGAP no tiene documentos propios al respecto ya que en general se basa en estudios de la
UDELAR, INIA que tienen estudios desde hace más de 10 años. La Facultad de Agronomía y el
IMFIA de Udelar han liderado los estudios.

Respuesta del Ing. Luis Silveira (IMFIA – Instituto de Mecánica de los Fluidos e Ingeniería
Ambiental, Facultad de Ingeniería, Udelar)

En nuestro país, ¿qué impactos tiene la forestación sobre los recursos hídricos?

Las medidas sistemáticas, comparando forestación comercial y campo natural, se han realizado a escala de microcuencas. Te adjunto una publicación reciente que sintetiza los principales resultados en relación a cantidad de agua, en base a medidas realizadas entre 2006 y 2014, y quedo a disposición para evacuarles las dudas que puedan surgir. Actualmente estamos preparando una propuesta que busca responder ¿cómo extrapolar los resultados a escala de microcuencas (hasta 2 km2) a cuencas entre 100 y 1.000 km2?, puesto que los procesos no son lineales y se amortiguan a medida que aumenta la escala.

También se realizó un estudio en base a datos de lluvia y caudal, aguas arriba de la represa de Rincón del Bonete, constatándose diferencias significativas solamente en la cuenca Manuel Díaz. También sobre ello te envío un artículo con resultados.

Básicamente, de esos estudios la afectación es moderada en condiciones normales (lluvia anual media alrededor de 1200 mm) y se acentúa en años de déficit hídrico. En formación Mercedes no se detectaron diferencias en relación a recarga de acuíferos, probablemente debido a que los suelos bajo cubierta forestal retienen menor cantidad de agua.

Respuesta del Ing. Agr. Pedro Soust (Director General Forestal, MGAP)

Muchas gracias por tener la deferencia de consultar la Dirección Forestal en un tema tan importante como es el agua para l a supervivencia en el planeta. Te cuento que en nuestra Unidad no realizamos tareas de investigación en forma profesional y sistemática como se debe hacer, sólo tenemos algunos ensayos en cosas puntuales y no precisamente sobre el tema agua.
No está dentro de los cometidos de la DGF investigar. No por ello dejamos de interesarnos por el tema, lo consideramos muy importante. Es así que recurrimos a la fuente que a nuestro entender es la válida y me refiero a la investigación científica que se ha realizado sobre el tema, en varias partes del mundo y en Uruguay especialmente. No obstante también atendemos con mucha atención y respetamos las opiniones que nos llegan de diversos ámbitos con consideraciones personales producto de la observación, de datos locales, opiniones personales etc.. Por otra parte te diré que este tema es muy discutido cuando tenemos que realizar las políticas, decretos, planificaciones, estudio individual de proyectos de Bosques tanto nativo como cultivos forestales. En estos casos tenemos relevados tanto en la DGF como en INIA, Fac. de Agronomía, Fac. de Ciencias, Fac. de Ingeniería etc. hay abundante investigación que consideran el tema con un encare global, histórico y hay muy buena información sobre el estudio de cuencas, sub-cuencas, predios etc..-

Quiero hacerte llegar y hacer extensivo al grupo el agradecimiento por una causa tan noble como es la defensa de un elemento tan fundamental que es el agua (a pesar que en nuestro país tiramos al mar más del 80% del agua de lluvia). En lo personal luego de haber ejercido 35 años como I. Agrónomo vi muchas cosas y al día de hoy cuando tengo posibilidad trato de confrontar mis recuerdos, mis opiniones formadas, con los datos de la investigación y logro explicarme cosas que durante muchos años fueron un «me parece» para mí.