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Dimensión política: gestión del agua (parte 1)

Ya que al hablar de recursos hídricos el tema gestión parece ser de los más relevantes, ¿cómo sería una gestión ideal? ¿Qué elementos debería contemplar? ¿Cómo deberíamos gestionar el agua como sociedad?

Respuesta de DINAGUA

La política de aguas, que recoge los aportes de la COASAS y que fue aprobada por todos los partidos, establece criterios generales para la gestión, que constituyen el marco para la “gestión ideal”. Más allá de los lineamientos que surjan del desarrollo de los proyectos del plan de aguas a nivel nacional, está claro que la gestión debe tener las cuencas como unidades territoriales, y será a nivel local, con las características propias de cada cuenca, que se apliquen en forma efectiva las herramientas de gestión. ¿Qué se necesita para la gestión?: un marco legal e institucional, definir las competencias de los actores, contar con un plan de acción donde se identifiquen ejecutores y responsables, controlar el efectivo cumplimiento de las normas y de las acciones planificadas.

Respuesta de la integrante del Grupo Asesor Ing. Agr. Anahit Aharonian

En primer lugar considero que los integrantes del Panel Ciudadano deben saber que pensamos ellos mismos pueden (y deben) aportar elementos muy valiosos para encaminar este asunto. Por otra parte, lo que quizá podamos sugerir es que para alcanzar una gestión al menos aceptable, deberíamos comenzar por lograr convencernos de la necesidad de delinear qué significa «desarrollo», qué desarrollo queremos, para quién, para qué. Sugeriría inclinarnos por lo que se conoce como desarrollo a escala humana y no continuar llevando adelante los planes improductivos que grupos poderosos deciden por nosotros en nombre de un progreso que no es tal ya que el objetivo es simplemente obtener mayores ganancias. De todas maneras, podemos señalar las Principales etapas de un plan de gestión:

1. Planificación. Es la etapa en la cual se fijan los objetivos y las medidas y acciones necesarias para lograr los objetivos y metas que se han establecido. Esta etapa es de suma importancia y no molesta que lleve más tiempo mientras se esté trabajando para hacerlo bien.
2. Implementación. En esta etapa se prevé cómo concretar las medidas adoptadas (personal afectado, recursos físicos y financieros, procedimientos, controles y otros).
3. Verificación. Acciones de monitoreo o medición de las actividades claves en el desarrollo del Plan. También es importante, auditorías periódicas para determinar si el plan está siendo correctamente implementado, acorde a lo planificado (etapa 1).
4. Actuación y ajuste. Se adoptan las recomendaciones de las auditorías y se llevan a cabo los ajustes adecuados para alcanzar los objetivos propuestos.
Quizá todo esto ya esté escrito, el asunto es que estamos llenos de declaraciones de buenas intenciones y no se concretan en acciones para frenar en nuestro territorio, los factores nocivos que impactan en la calidad de nuestras fuentes de agua y en muy corto plazo impactarán también en la cantidad.

Respuesta del integrante del Grupo Asesor Dr. Rafael Arocena

También opinando como ciudadano común. No creo que exista la gestión ideal, sino que la misma está siempre en revisión y actualización. El Plan Nacional de Aguas propone por primera vez una serie de criterios y elementos a contemplar: legislación y derechos, participación, disponibilidad en cantidad y calidad, necesidades, etc. Y los reúne todos dentro de un sistema organizado, y lo somete a la discusión pública, lo que asegura que se hacen los máximos esfuerzos para su mejor formulación.

Respuesta del integrante del Grupo Asesor Víctor Bacchetta

Una gestión ideal de los recursos hídricos debe contemplar: primero, que los actores involucrados participen con sus representantes en los organismos de decisión; y segundo, que las decisiones sean tomadas por consenso en cada organismo y por acuerdo entre los diferentes niveles (sub-cuenca, cuenca, regional y nacional). Las decisiones centralizadas pueden ser más rápidas y parecer más eficaces, pero a la larga es lo contrario, porque los objetivos trazados no se cumplen. Y en este contexto predominan los intereses particulares sobre los de la sociedad y los problemas se agravan, como está sucediendo en los últimos tiempos.

Respuesta del integrante del Grupo Asesor Ing Agr. José Bonica

Acá se pude una opinión 100% política y así será nuestra respuesta: La gestión deberá ser realizada por privados (hay sobradas muestras de ser mucho más eficientes que los públicos) en ámbitos operativos. Obviamente esta gestión puede/debe ser controlada por el Estado, quien además deberá actuar en eventuales conflictos.

Respuesta de la integrante del Grupo Asesor Ing. Quim. Isabel Dol

La gestión ideal es una gestión integral del agua, donde sean considerados todos los aspectos relevantes. En los aspectos relevantes se pueden mencionar los siguientes: ordenamiento territorial, ambiente, calidad, cantidad, producción, salud entre otros. Complementariamente con lo anterior se debería contar con técnicos capacitados en la comunicación que trabajen en forma interdisciplinaria junto a otros técnicos y actores sociales. Una de las formas de gestionar el agua como sociedad que se nos ocurre es primero informar correctamente a la sociedad, formar a los comunicadores a los efectos de que las comunicaciones sean correctas y al mismo tiempo entendibles. Encontrar mecanismos para realizar evaluaciones por parte de técnicos en interacción con los grupos sociales. Estos mecanismos deben ser transparentes y pueden tener como ventaja que los ciudadanos pueden ser los primeros alertas ante situaciones que se aparten de aspectos que pueden ser considerados por cualquier interesado.

Respuesta del integrante del Grupo Asesor Dr. Miguel Doria

La gestión debe plantearse de forma integrada y a diferentes niveles, con la cuenca o el acuífero como área de acción. A nivel local, esto implica el fortalecimiento de capacidades individuales de los miembros de los grupos de interés. Adicionalmente, se requiere de un apoyo e integración a niveles más altos para dar continuidad y generar articulación intersectorial e intergubernamental, así como internacional. Tanto procesos de participación como mecanismos de cooperación con países vecinos, deben contemplarse en los lineamientos de acción de un plan de gestión de recursos hídricos.

Respuesta de la integrante del Grupo Asesor Ing. Agr. Mariana Hill

No tengo respuesta a esta pregunta pero creo que a la hora de plantear los planes de gestión hay que tener en cuenta todos los usos.

Respuesta del integrante del Grupo Asesor Dr. Néstor Mazzeo

La gestión debe adoptar el paradigma del manejo adaptativo en el corto plazo, promoviendo la capacidad de experimentación y aprendizaje de forma constante. Posteriormente, debe evolucionar hacia esquema de co-manejo, co-producción, co-diseño.

Respuesta de la integrante del Grupo Asesor Q.F. Raquel Piaggio

La gestión ideal no es para todos los territorios y comunidades igual, justamente la gestión integrada se basa en contemplar los elementos propios de cada situación: las necesidades de agua en cantidad y calidad de la sociedad en su conjunto (me refiero a los diferentes usos: agua potable, agua para uso agropecuario, industrial, energético, de transporte) con la necesaria protección ambiental, asegurando la sostenibilidad.

Respuesta del integrante del Grupo Asesor Jorge Ramada

Hay una insistencia excesiva en la “gestión” (no solo en este tema, sino en general a nivel de organismos pu blicos). Lo que se debe definir por parte de la sociedad y los organismos que la expresan, es ante todo un modelo de desarrollo. La “gestión ideal” debe ser la que administre los recursos disponibles con un criterio de sustentabilidad. Debe contemplar el uso racional del agua en cantidad, el mantenimiento de la calidad de los acuíferos, las políticas de re-uso y recicle de agua y el control del entorno para evitar que se altere negativamente la calidad del agua.

Como sociedad deberíamos gestionar el agua con acento en la participación de los sectores sociales involucrados y respetando el artículo 47 de la Constitución, “anteponiendo las razones de orden social a las de orden económico”; tomando medidas efectivas contra la contaminación, obligando al pago por parte de los generadores de contaminantes (urbanos y rurales). Los elementos a contemplar deben ser, entre otros, el reconocimiento de los servicios ambientales de amortiguacio n de crecidas, mejora de la calidad del agua, la capacidad de cada cuenca de generar agua. Como medidas concretas podemos indicar: el establecimiento de zonas de protección contra los agroto xicos, de 1000 metros de distancia a las corrientes de agua; restablecer los bosques riberen os conocidos como zonas riparias para proteger los cursos de agua y las nacientes, en particular respecto a la forestación. En particular queremos sen alar que la FAO tiene muchos an os de experiencia y profusa literatura respecto del manejo de las cuencas hidrográficas.

Respuesta del integrante del Grupo Asesor Ing. Luis Reolon

Es una pregunta amplia, pero en primer término entiendo que la gestión es importante pero también las políticas en esta materia. Ambas cosas deben ir de la mano. La política está reservada para los Ministerios específicos y entiendo está bien, la gestión está dispersa:

Ministerios varios, Intendencias, OSE, MGAP (agua riego), etc. Por tanto, una mejor gestión debería concretarse a través por ej. de una Agencia del Agua, con roles específicos de gestión del recurso (control, permisos-otorgas, monitoreos). Pero que claramente no tenga un rol de políticas, de forma de crear un organismo que no se superponga a otros. ¿Cómo deberíamos gestionar el agua como sociedad? Entiendo que en el país no hay mucha conciencia de la importancia del agua, por distintos motivos (su relativa abundancia y buena calidad- creída más de la realidad), la delegación de la ciudadanía de su protección en el rol del Estado (el Estado es quien debe cuidarla y no yo), la producción (agropecuaria o de potabilización por ej.) que no tiene internalizado su costo. Por tanto un paso importante sería cobrar un canon por el uso del agua, no por su fin recaudador (aunque este dinero puede reinvertirse en su protección), sino para valorar el recurso ante la sociedad.

Por otro lado habría que instaurar un sistema (similar al de eficiencia energética) para eficiencia del agua. Es decir un sistema de premios o subsidios para aquellos emprendimientos o tecnologías que ahorren agua o que disminuyan la contaminación. Estas acciones concretas deben complementarse con el fortalecimiento de aspectos mencionados anteriormente como un debido control, cuidado de la sobreexplotación, políticas de protección y con instrumentos de ordenamiento del territorio enfocados también en la protección del agua y el ambiente en general.

Respuesta del integrante del Grupo Asesor Dr. Javier Taks

Esta respuesta podría/debería transcribir alguna página de manual de gestión integrada de los recursos hídricos; en el informe del equipo asesor creo que hay bastantes pistas. Lo principal que puedo decir frente a esta pregunta es que la gestión del agua debería contemplar una idea más cabal de cómo funcionan nuestras sociedades, las motivaciones de las personas, las empresas, etc. en su uso del agua, qué fuerzas las obligan a dilapidar agua o contaminarla, a usarlas eficazmente, o ser indiferentes tanto a los ambientes como a los colectivos humanos de su área de percepción e influencia. Debemos concebir en conjunto – participando en su creación- una gestión del agua basada en la existencia de un ciclo hidrosocial.
En otras palabras, una gestión de las aguas debería basarse en las relaciones sociales existentes y su gradual transformación en un sentido emancipatorio, más que en un marco normativo de lo ideal que nadie esté dispuesto a construir. Por ello es correcto trabajar desde una escala local hacia una escala regional y nacional / trasnacional, aunque sin desconocer que las diversas escalas deben converger con coherencia.

Respuesta del integrante del Grupo Asesor Ing. Rafael Terra

Al nivel de ideales, entiendo que el Plan Nacional de Agua propuesto está muy bien orientado. Desarrolla muy bien el concepto de planificación integral, participativa, etc. Yo destacaría un elemento que solemos menospreciar en Uruguay: la eficacia. De nada sirve un Plan perfecto si no hay eficacia en la gestión. Si las decisiones no se toman a tiempo o se carece de la información relevante o no se controla y hace seguimiento de las políticas adoptadas, entonces el Plan nunca cobra vida.